Tu piel se encuentra en primera línea de combate ante los diversos factores a los que estamos expuestos diariamente. Es el reflejo de nuestro estado de salud. Una piel llena de vitalidad luce brillante, sin lesiones, no produce molestias y sus poros están visibles. En cambio, una piel dañada y deshidratada se muestra triste, apagada, sin luz y con síntomas de malestar y deshidratación.
¿Por qué nuestra piel puede estar deshidratada?
La clave está en los errores que cometemos en su hidratación y que repercuten directamente sobre nuestra piel.
Errores a la hora de hidratar la piel:
- No beber suficiente agua: para que nuestra piel funcione correctamente y mantenga en buen estado necesita hidratación y llevar una dieta equilibrada y sana. Beber agua es necesario, ya que tu piel está formada por un 15% y 20% de agua y debe mantenerse.
- Consumir alcohol y tabaco: la nicotina es la principal causante de la eliminación de estrógenos, encargados de la creación de colágeno y elastina, mientras que el alcohol, es el causante de provocar una disminución en los niveles de vitamina A, produciendo sequedad y descamación en tu piel.
- Mala limpieza facial y falta de tonificación: tener la cara bien limpia antes de acostarnos es fundamental para eliminar impurezas y suciedad. Debemos dejar que nuestra piel respire y se regenere.
- Baja ingesta de nutrientes y vitaminas.
- No hidratar con cremas o geles hidratantes adecuados a nuestra piel: será muy positivo para nuestra piel, sobre todo después de la ducha cuando nuestro rostro está aún húmedo. Sea cual sea tu tipo de piel debes hidratarla adecuadamente.
Beneficios de hidratar nuestra piel
-Evita el envejecimiento prematuro: si no está hidratada tienden a aparecer arrugas y su barrera protectora se vuelve más sensible, seca, se debilita y provoca una pérdida importante de colágeno, acelerando el envejecimiento.
-Se vuelve más resistente a los efectos de los agentes externos que la atacan: clima, contaminación o el propio maquillaje.
-Evita y previene irritaciones: si la piel está deshidratada sufrirá molestias e irritación. La hidratación ayuda a la barrera lipídica de tu piel reponiendo sus niveles de humedad y la hace más fuerte y resistente.
-Favorece su aspecto: se ve más viva y luce un aspecto más saludable.
-Protege de los cambios atmosféricos: las bajas temperaturas, el aire seco de la calefacción, reducen la epidermis y los agentes irritantes penetran más fácilmente. En verano, el calor, y la exposición al sol son inconvenientes para su salud y si no está cuidada e hidratada pierde fuerza para defenderse y mantenerse en equilibrio.
¿Cómo reconocer una piel deshidratada?
Más o menos son los mismos síntomas que una piel seca. Suele presentar tirantez, sensación de incomodidad, poca luminosidad y rojeces.
Si tu piel está deshidratada se mostrará sensible y vulnerable a las agresiones externas.
Los indicadores de deshidratación de tu piel se centran en:
- Tirantez
- Ausencia de suavidad
- Rugosidad
- Rojez
- Picor
- Falta de elasticidad
- Aparición de líneas de expresión en el rostro
- Pequeñas arrugas.
- Ojeras muy marcadas
Consejos para mantener tu piel hidratada.
- Hidratación óptima: no uses jabones muy perfumados con perfumes ni componentes astringentes. Usa jabones con pH que se adapten a tu tipo de piel, con vitamina E, aceites y a ser posible, aloe vera.
- Usa protector solar: si tu piel está deshidratada, la exposición excesiva al sol podrá agravar el problema, ya que los rayos UV inciden directamente en el envejecimiento prematuro.
- Hazte una buena limpieza facial cada día: usa agua micelar o limpiadores faciales, tónicos, sérums y lociones hidratantes para repararla y prepararla para afrontar el siguiente día.
- Descansa lo suficiente: los agentes antioxantes de nuestro cuerpo se regeneran mientras dormimos. Tu piel descansará mejor y los tratamientos funcionarán adecuadamente si duermes el tiempo necesario.
- No fumes ni bebas alcohol: influyen negativamente en la hidratación de tu piel.
- Cuida tus hábitos alimenticios con rutinas que mantengan tu cuerpo sano.
- Usa cosméticos adaptados a tus necesidades y adecuados a tu tipo de piel: Ya sea en forma de gel, crema o aceite.
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